
Hay otra forma de bajar la inflación y es yendo a las tiendas a cambiar las etiquetas de precios a la baja. Parece una estupidez, ¿verdad? Pues lo mismo pasa con la inflación en Argentina, que no sube más porque está reprimida parcialmente y lo hacen con el viejo instrumento del ancla cambiaria, cosa que han hecho todos los gobiernos que quisieron bajar la inflación: Martínez la Hoz/dictadura, Cavallo/Menem, Néstor Kirchner (en su caso, fue un ancla nominal vía precios y tarifas congeladas), CFK, Macri/Caputo, Alberto Fernández/Massa y ahora lo ha vuelto a hacer el aparentemente disruptivo económico Milei con Caputo. Aunque cada uno de ellos le imprimió su carácter, su matiz y un nivel de intensidad diferente, el mecanismo y el objetivo fue el mismo sobre todo con los dos primeros. Veamos cómo trabaja este mecanismo del ancla cambiaria como forma de bajar rápidamente la inflación o -como en otros que fue utilizada- para moderarla. El problema de este proceso es que reduce la inflación durante un tiempo, pero hace perder competitividad al país -como le pasa a Argentina ahora- y luego viene la crisis cambiaria y sube la inflación porque le han quitado la cadena del ancla. Por desgracia, no acaba ahí la historia, después viene la recesión para acabar el sándwich cuya primera rebanada ya se preparó con el ajuste en 2024. El efecto del ancla cambiaria sobre la inflación lo hace a costa de posponer los desequilibrios, que después vuelven amplificados.
Sí, el ancla cambiaria baja la inflación rápidamente (no podía ser de otra forma), pero no resuelve sus causas estructurales. Eliminando el déficit fiscal y consiguiendo el famoso superávit fiscal primario (superávit primario no es lo mismo que equilibrio fiscal y es menos sostenible), de hecho, el déficit fiscal, Milei creía que había resuelto parte de las causas, pero lo ha conseguido fundamentalmente con la licuación de los gastos mediante la inflación y la congelación de salarios públicos, pensiones, etcétera o eliminando salarios de la Administración y ayudas a entidades, que es otro instrumento de la caja de herramientas del fracaso. Sin embargo, este proceso, siempre termina en atraso cambiario, pérdida de reservas y maxi devaluación. En este caso ya se han utilizado los dólares -más de 40.000 millones- que le dejaron, así que ir al prestamista de último y ultimísimo recurso ya no es un recurso, ya han ido. Por otra parte,
Básicamente y de forma genérica, se trata de fijar o frenar el dólar oficial, manteniéndolo por debajo del valor de mercado de mercado. Con ese dólar artificialmente barato por un tipo de cambio atrasado, los precios de los bienes importados resultan relativamente más baratos y los costos internos más baratos en dólares. Al ver el dólar acomodado en una posición, las empresas y los consumidores bajan sus expectativas de inflación. ¡Cómo me acuerdo de los dos últimos perros de Milei, de Robert y Lucas! Ya que se busca anclar expectativas y así moderar la inflación esperada, aunque esto sólo si la política es creíble y si las reservas son suficientes para sostener el tipo de cambio, lo cual suele fallar. La inflación efectivamente baja a corto plazo porque se frena el traslado la subida del dólar a precios. Desgraciadamente, el país pierde competitividad y reservas, ya que exporta menos e importa más y los argentinos hacen turismo en el exterior (Brasil, Europa, Miami…) y se dejan los dólares allí. Finalmente, el ancla se vuelve insostenible y llega el salto devaluatorio y el rebrote inflacionario. Cada vez que pienso que al principio creí que Milei -a pesar de las apariencias- podía llevar a la República Argentina hacia un futuro mejor, me da vergüenza admitirlo.
Ahora viene la apoteosis final. La única forma de que lo que he comentado no suceda, es que Bessent siga pagando la fiesta cambiaria y ponga más dólares. La verdad es que también podría darse una situación mixta, que el dólar se liberará y caminase a su precio de mercado corrigiendo el atraso cambiario y que el gobierno norteamericano siga poniendo los dólares suficientes para dolarizar ya que -con un dólar más alto- no se necesitarían tantos dólares. No apostaría por esta posibilidad, pero en este momento de total incertidumbre mundial, con todos los países armándose hasta los dientes, cualquier cosa puede pasar, hasta que le den el Nobel de economía a Milei. Si eso pasara, vendería todos los libros de economía y me pasaría a los comics que son más previsibles.
El último acto de magia es el PIB que dicen que crece al 8%. Si hay una reducción del 31% del gasto público en 2025; si las exportaciones están frenadas porque el dólar está atrasado y resulta caro para exportar y recibir turismo; si no hay obra pública ninguna en marcha; los salarios y pensiones están frenadas; el desempleo industrial ha aumentado; con una tasa de interés de los prestamos de locura; el saldo de entradas y salidas de inversiones extranjeras es negativo; si el consumo ha bajado hasta para la yerba mate; si los dos últimos meses se está en recesión; si casi el 50% de la economía es informal; si con el precio del dólar y la eliminación del cepo para individuos, se ha aumentado el turismo al exterior y las importaciones… ¿Cómo es posible que la economía vaya como un cohete? Sólo se me ocurre que alguien esté utilizando tasas inferiores a las reales para deflactar, lo que resulta un PIB con mucho mejor aspecto. También sería posible que el PIB del año 2024 hubiese sido menor del publicado y el efecto rebote estadístico esté potenciándolo. No se puede descartar que ambas causas estén actuando, no lo sé. Lo que está claro es que la magia no existe.
Esta situación la podrían resolver mejor los especialistas en la economía conductual, porque la clave es que los argentinos se decidan a sacar sus dólares al mercado local y se pase a otro nivel económico, pero cualquiera entrega la cartera conforme está el panorama. Como los argentinos tienen buena memoria de los últimos cincuenta años, se han aclamado al único que todavía no había fracasado, aunque esté en vías de hacerlo. Su apuesta de todo a rebajar la inflación y nada al crecimiento, lo veo complicado.
Para no querer intervenir ni imprimir, ha intervenido cada día y ha emitido y lo va a tener que hacer bastante mas veces para la compra de reservas… En cualquier caso y como siempre digo, le deseo lo mejor a la República Argentina.
