-La inflación del 2%, la amiga de la deuda-

La deuda es como el doctor Jekyll y Mr Hyde. La deuda pública y su potencial papel restaurador vs el peligro mortal de la deflación de la deuda privada si entra en barrena. La deuda es capaz de lo mejor y de lo peor, pero cada una de ellas en su papel, es decir, la pública bien gestionada es buena y te financia la mejora de la economía (si se usa para tonterías es tirar el dinero, que lo deberás) y, la privada que descontrolada es mortal y bien llevada puede empujar el PIB por el desarrollo y mejora de empresas y hogares. En este momento y en España, la primera es de 102% y la segunda, de 106% del PIB. Así están las cosas. Vamos a comentar ambas situaciones y, comenzaremos por la segunda, ya verán su porqué: primeramente la espiral deflacionaria de la deuda privada, para después concluir con el papel anticíclico de la deuda pública.
Imagínenos que la economía no va bien y se intuye que va a ir a peor. Las familias y las empresas, tienen muchas deudas y están preocupadas. La gente siente algo de miedo y deja de gastar. Las empresas y familias prefieren pagar sus deudas o a desapalancarse, en su caso. Como casi nadie gasta, los precios de los productos y de los activos empiezan a caer de forma generalizada y sostenida. Esto no es desinflación, es deflación. El problema de ésta es que -aunque caigan los precios- tu deuda (hipoteca, préstamo…) sigue siendo la misma cantidad en euros. Es decir, tu deuda se hace más pesada y más difícil de pagar porque tus ingresos han caído. Como la deuda se hace más pesada, la gente se asusta más y gasta aún menos, lo que baja más los precios, lo que hace la deuda aún más pesada… y así se entra en una espiral deflacionaria de la deuda (como contaba Irving Fisher) y esto puede hundir una economía.
Ahora comprenderán por qué he invertido el orden de contar los procesos básicos, primero la deuda peligrosa y, después, la deuda revitalizadora. Es el orden narrativo correcto porque es aquí donde entra la deuda pública como bombero de la economía: justo cuando todos están reduciendo el gasto, el Estado debe hacer lo contrario: gastar más (o bajar impuestos, que es otra forma de inyectar dinero). Así es la política anticíclica, va en contra del ciclo económico. Y con qué dinero lo hace, pues pidiendo prestado, es decir, aumentando la emisión de deuda pública. Al gastar, el Estado genera demanda, frena la caída de precios (evita la deflación) y pone dinero en los bolsillos de la gente (por ejemplo, comprando productos/servicios del país, con proyectos de infraestructuras, aumentando directamente la renta disponible de una parte de la población que acabará en consumo). Esto rompe el círculo vicioso de la deuda privada y ayuda a la economía a estabilizarse y volver a crecer. La deuda pública se usa como un escudo temporal para evitar que la deuda privada hunda la economía en una depresión. Nada que Lord Keynes no hubiera dicho ya…
Bueno, ya tenemos más deuda, que en situaciones complicadas puede llegar a volúmenes importantes. Ahora qué pasa, porque la deuda hay que pagarla hasta el último euro, ¿no? Veamos si esto es verdad.
La solución viene por el PIB nominal. Cuando hablamos de la deuda de un país, siempre debemos medirla como un porcentaje: Deuda/PIB (por ejemplo, 102% del PIB, como ahora). Para que la deuda deje de ser un problema, lo importante no es pagar cada euro, sino reducir esa proporción, bajar del 100% al 80%, por ejemplo. Aquí es donde entra el PIB Nominal, como el PIB real de la economía más la inflación.
Para Licuar la deuda y reducir el ratio Deuda/PIB, hay dos maneras de hacerlo: reducir el numerador (la deuda) pagando la deuda con superávits fiscales (siempre difícil y a veces dolorosísimos) o, aumentar el denominador (el PIB Nominal), a través de hacer que la economía crezca. Es decir, haciendo crecer el PIB Nominal a base de crecimiento real (PIB Real) porque la economía produce más bienes y servicios -que es lo mejor- o, con Inflación por el aumento de precios.

Un ejemplo numérico simple del efecto licuadora. Imaginen que la deuda de su país es de 100€ y el PIB es de 100€, luego el ratio Deuda/PIB es del 100%. Si la economía no crece nada (0% de PIB Real), pero tienes una inflación del 4%, el PIB Nominal pasa a ser 104€. Ahora el ratio es 100/104 = 96,15% aproximadamente. El ratio de deuda ha bajado casi un 4% sin haber pagado un solo euro de la deuda.
En estricta puridad y para calcular el efecto neto de la licuación, se debe comparar la tasa de crecimiento nominal del PIB con el interés promedio pagado por la deuda. Si la economía nominal crece un 4% y el interés promedio de la deuda es del 1.5%, la diferencia del 2.5% es la tasa de reducción automática que el efecto licuación aplica al ratio Deuda/PIB, siempre que el gobierno no incurra en un nuevo déficit ese año.
Si en la economía, el PIB Nominal crece de forma constante y es más rápido que el interés que pagas por tu deuda, el peso de la deuda sobre la economía se va reduciendo automáticamente año tras año, se licúa al estilo argentino.
Como ya he comentado más arriba, el análisis del crecimiento de la deuda pública no debe hacerse sobre su valor absoluto, sino sobre e ratio mencionado deuda/PIB, que vendrá encuadrado por el diferencial entre el interés vs crecimiento. Si el interés que pagas es mayor que el crecimiento de tu PIB, el coste de la deuda hace que el ratio aumente por sí mismo. Esto es un mal escenario. Si tu economía crece más rápido que el interés que pagas, el ratio disminuye automáticamente, incluso si mantienes un pequeño déficit. Por eso, la relación entre el tipo de interés real y la tasa de crecimiento es la clave que permite a los países con alto crecimiento mantener niveles de deuda que hundirían a un país con bajo crecimiento.
Esto significa que nuestros nietos no tendrán que hacer grandes sacrificios, solo tendrán que vivir en una economía que crece de forma sostenible. ¿Les suena algún país que pueda estar haciendo este proceso?
Si alguien se había preguntado por qué el target de la inflación es del 2% anual, ya sabe por qué y para qué es, al menos de forma principal.
