
Decía hace poco en otro post que el dinero es a la economía lo que en azúcar al cerebro, si tienes un exceso puede generar una crisis y si no hay suficiente es el desastre absoluto. En la mayoría de los casos, los gobiernos dicen y proclaman una política doctrinaria y hacen otra mucho más práctica y ortodoxa, esta es la auténtica verdad. Los de izquierdas se quedan en el centro-izquierda y los de derechas en centro-derecha, es como una regresión a la media. Recuerdo a un profesor canadiense que decía unas cosas en clase muy heterodoxas y cuando le nombraron para un cargo económico del gobierno, hizo lo contrario, todo super ortodoxo. En su descargo decía que la política real es muy seria para experimentos. Todo purito paripé…
Los intentos de dejar al mercado sin dinero de forma importante han sido cuatro y todos ellos han acabado en desastre, aunque con las diferencias de la plataforma que cada país le aportaba a cada uno de ellos. Los cuatro son: Margaret Thatcher (Reino Unido), Paul Volcker (EE.UU.), Heinrich Brüning (Alemania) y Javier Milei. Estos presidentes, primeros ministros, cancilleres o presidentes de la FED, congelaron el dinero en el mercado, cosa que no abogan ni los que quieren volver al patrón-oro, que tienen siempre un 2% de aumento anual del dinero en el mercado. repasemos a estos tres paladines del monetarismo trasnochado:
Heinrich Brüning en Alemania (1930-1932, República de Weimar). El canciller que aplicó una política de deflación brutal en plena Gran Depresión: recortes de gasto, subidas de impuestos y contracción monetaria, dejando sin liquidez a la economía alemana y que hundió la producción y disparó el paro. Su fracaso económico abrió el camino político al ascenso del nazismo, para que veamos que las burradas económicas tienen una transcendencia muy superior a las consecuencias directas de sus políticas.
Margaret Thatcher en el Reino Unido (finales de los 70 y 80), aplicó un programa monetarista inspirado en Friedman, con fuertes subidas de los tipos de interés y control estricto de la oferta monetaria, pero el resultado -al año y medio- fue la recesión de 1980-81, con quiebras industriales masivas y desempleo superior al 10% y tuvo que frenarse y volver a la senda de la lógica económica. La Dama de Hierro no sabía nada de economía y se dejó estructurar su discurso por sus conductores intelectuales que la hicieron famosa, para su desgracia. Es cierto que estabilizó la inflación a medio plazo, pero a cambio asfixió de dinero al sistema productivo en esos primeros años llevándolo a la ruina absoluta.
Paul Volcker en la Reserva Federal (EE. UU., 1979-1982). No era desde el gobierno, sino desde la FED, aunque de alguna manera su política debe seguir las directrices del gobierno normalmente. Volcker, subió los tipos de interés hasta niveles del 20% para frenar la inflación, creando conocido Volcker shock. El crédito desapareció y hubo dos recesiones consecutivas (1980 y 1981-82), y la industria estadounidense (especialmente automoción y construcción) sufrió colapsos para pasar a los anales de lo que no se debe hacer en economía. Es como hacer perder peso a una persona a base de que deje de ingerir alimentos, así, la enfermedad está asegurada. Para eso no vale la pena estudiar tantos años economía, cerrar el grifo sabemos todos, el arte está en que se pierda peso y se mantenga la salud física y mental.
Por último, Javier Milei (2023-202X, República Argentina), el keynesiano arrepentido que envuelto en los dogmas monetaristas y libertarios está llevando -de nuevo- a la República Argentina a una situación desastrosa. Motosierra (aunque con dilución del gasto fundamentalmente), reducción de subsidios algunos bien eliminados, otros innecesariamente eliminados y sin transcendencia en el déficit, con un enorme lío cambiario -sin reservas suficientes- para seguir reduciendo la inflación a base del ancla cambiaria, con enormes tasas de interés para las empresas y, acabando con intervenciones importantes en la economía (siempre pasa lo mismo, los que están contra la intervención del Estado son los que más intervienen), teniendo que acudir a la ayuda del FMI y recientemente al Tesoro norteamericano. Engordar para morir… Javier Milei, es otro presidente que cree saber lo que es la economía real desde los libros y se enfoca al cumplimiento de un lema: ¡Desinflación o muerte! Pues eso segundo has conseguido y por eso te han tenido que rescatar del desastre del default poco antes de que pararan el combate. No se puede estrangular a la economía por shock, hay que tratarla como lo que es, un sistema dinámico y complejo que requiere graduación en la acción, comprobación y mejora. Si excesos ni faltantes: un sistema equilibrado que puede crecer.
No todos siguieron la misma ruta, aunque el desastre final fue el mismo. Los cuatro comparten el rasgo de aplicar un ajuste fuerte que “seca” el crédito y la demanda en el corto plazo, pero el contexto y las herramientas difieren, Thatcher, Volcker y Brüning fueron principalmente choques monetarios en economías con distintos problemas y, en el caso de Javier Milei es un shock fiscal/estructural en una economía con historial de inflación crónica y fragilidad cambiaria por el problema bimonetario interno.
La batalla cultural emprendida por los neoliberales-libertarios ha provocado una explosión de adeptos a través de las emisoras de radio, canales de streaming, redes sociales, etcétera, que están difundiendo unas ideas falsas que deben ser combatidas desde la derecha y la izquierda racional o aparecerá otro mesías que querrá hacernos perder peso dejando de ingerir cualquier alimento y, tal vez provocar que aparezca algún salvador. ¡Es que no aprendemos!
