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¿Por qué no aumentan los salarios en España?

Las causas que se aducen o las escusas que se dan son varias y el objetivo del post es analizarlas y determinar las verdaderas razones a mi juicio. Tras 40 años trabajando en empresas y para empresas, tengo una opinión fundamentada en la práctica y muchas conversaciones con empleados, profesionales externos, directivos y propietarios. En todas las compañías de máximo rendimiento para las que he trabajado o realizado consultoría o formación, sus empleados tienen un nivel salarial alto o muy alto. Tiene la lógica de los equipos de fútbol que quieren ganar títulos. La capacidad se paga y -curiosamente- el nivel de auto exigencia es muy alto fruto de esa capacidad y preparación de los empleados. Obviamente, las empresas deben tener una clara política de personal apoyada en fuertes valores, la proyección de las carreras, una comunicación interna efectiva y un paquete de beneficios atractivo.

Muchas empresas españolas -generalmente pymes- no están seguros de poder conseguir que sus empleados -después de elevar el nivel salarial general- rindan más de forma que compensen el mayor gasto, que también podríamos llamar inversión para el propósito de la empresa que es generar más beneficio. Para ser más claro, no están seguros de tener una buena capacidad de seleccionar a los profesionales adecuados y de las virtudes y recursos para su retención. Por otra parte, esta circunstancia es similar a la que existe respecto a los productos, se prefiere una estrategia de productos medios a precios competitivos y no enfocados a ser excelentes a precios altos, lo que nos hace jugar en la segunda línea de preferencia de los clientes en buena parte de los mercados con una buena relación calidad/precio.

La otra causa proviene del desempleo. Esa creencia de que el paro abarata los salarios y que cualquier acercamiento al plano empleo técnico -un 5% y alrededores- haría subir el nivel salarial al percatarse los empleados que pueden exigir mayor sueldo porque siempre habría alternativas fuera a las que aplicar con cierta facilidad y que haría que las peticiones de aumentos de su remuneración serían continuas. Es cierto, eso puede pasar o pasaría con seguridad, pero eso llevaría a las compañías a establecer políticas de retención mediante un clima laboral y un desarrollo profesional adecuado. Lo he vivido personalmente y a todos nos ha pasado que -a partir de un cierto nivel salarial- los empleados buscan otros beneficios, especialmente el trabajar a gusto, entre compañeros de nivel y unos objetivos retantes pero alcanzables.

No hablamos de los directivos, sino de toda la pirámide de empleados. Personas preparadas para las necesidades de las empresas que fluyen en su trabajo de forma estructurada. No podemos dejar que el trabajo se convierta en algo que esperamos todo el día a que termine para empezar a vivir y que cuando suena la sirena hacemos como Pedro Picapiedra, ¿lo recuerdan?

En resumen, si suben los salarios suben los costes y habría que vender más y/o con más margen, mejores productos y un mayor nivel de gestión y, eso exige mejores profesionales y mejores directivos. Si no se está confiado en conseguirlo, la decisión es clara: volvamos a trabajar con la buena relación calidad/precio con costes más bajos que los países punteros europeos.

Algunos directivos me han comentado que con cierta frecuencia han buscado directivos de nivel y les ha costado porque los profesionales suelen concentrarse allí donde hay más demanda y no quieren ir a trabajar fuera de Madrid y Barcelona. Es verdad, pero con el salario adecuado y con muchas empresas demandando perfiles se crea una tendencia diferente ya que también hay ventajas diferenciales para muchos buenos perfiles.

Desde mi punto de vista, un acercamiento al pleno empleo establecería un nuevo nivel competitivo en los perfiles de los empleados y directivos y en las propias empresas. Basta con mirar lo que pasa en las principales potencias industriales para saber cuál es el buen camino. No es normal que la gente quiera trabajar menos horas como objetivo de vida y que el absentismo haya aumentado brutalmente. Algo está pasando en el trabajo… y no es bueno. Necesitamos una vuelta a la productividad y a la buscada excelencia de hace años. ¿Será por esto que en todas las librerías, las baldas dedicadas a la gestión han disminuido respecto a la abundancia del principio del siglo? Algo ha dejado de ser interesante.

Este debería ser un objetivo estratégico verdadero de la UE y de España en particular y no de reducir el desempleo mediante argucias técnicas y la aplicación de eufemismos para llamar a un desempleado en una parte importante del año, fijo discontinuo.

Sin este impulso, nos costará mucho que sigua creciendo el PIB de verdad y no adulterado por la inflación, pero que ha necesitado un gasto público superior a la economía real para superar el nivel pre pandémico.

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