
La deuda es uno de los bichos que circula por nuestras mentes durante la vida adulta. Hay refranes en todos los idiomas internacionales y lenguas del Estado español que reflejan la animadversión hacia el endeudamiento que sentimos -no sólo los españoles- sino buena parte de los humanos occidentales. Cuando somos pequeños, en muchos hogares se nos ha educado para que tengamos miedo a la deuda y al endeudamiento, de tal forma que nuestra opinión y creencias base son contrarias a la deuda. No es un tema que proceda sólo de los hogares, es que en la religión católica y en el resto de las cristianas, se utiliza indistintamente el sustantivo pecado y el sustantivo deuda y, en el arameo que hablaba Jesucristo se usa la misma palabra para expresar el concepto deuda y pecado, por eso nosotros rogamos que se nos perdonen nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, cuando -en realidad- nos estamos refiriendo a los pecados.
Esa aversión y -por lo tanto- desconocimiento de la verdadera circunstancia de la deuda, nos hace rechazarla de plano, tanto de forma privada (excepto si no hay más remedio, como en la compra de vivienda…) como la que realizan los gobiernos cuando se endeudan internamente o de forma externa. Aunque el objetivo de este post trata el caso de la deuda que acometen los gobiernos, hay que decir que no se debe separar el análisis de la deuda pública y de la externa (la que se consigue de otros países, entidades financieras, FMI…) de la privada, porque son las dos caras de la misma moneda, es más, la más peligrosa es esta última y cuando el mercado anda escasa de liquidez, es mejor que se endeude el Estado que los hogares y empresas.
Para empezar decir que los gobiernos de la UE se endeudan lo hacen con el respaldo del BCE, es decir, nunca pueden quebrar por esa deuda si nuestro banco central no lo quisiera así. Podemos recordar el caso de Grecia, por ejemplo, o el de Japón con un endeudamiento del 250% de su PIB. Si el BCE sigue con la política de los QEs, con los que acaba comprando en el mercado abierto nuestra deuda, se nos exigiese y no pudiéramos pagarle se lo tendría que acabar pagándoselo a él mismo y eso no tiene sentido. Es como deberle dinero a tus padres.
El problema de la deuda es que llegue un momento en la que no puedas cubrir los pagos. En el caso de que sí lo puedes pagar qué problema hay. ¿No recuerdan las sitcoms americanas en la que los protagonistas tienen que afrontar un pago inesperado de 800$ y se preguntan de dónde van a sacar el dinero? Pues es porque su vida está montada a base de cuotas mensuales y se funden sus ingresos para tener una buena calidad de vida y no ahorran salvo grandes ingresos. Yo no voy a defender que no vale la pena ahorrar y que hay que endeudarse hasta el agotamiento de los ingresos para pagar las mensualidades, esto está causado porque me fomentaron lo contrario: ¡Ahorra y entonces te lo compras sin endeudarte! la verdad es que no me ha ido mal con esta conducta. No obstante, la relación endeudamiento e ingresos establecen si el comportamiento es lógico o temerario.

En el ámbito del Tesoro, su endeudamiento -como todos sabemos- se dedica a cubrir el déficit anual, pero también a otros gastos o inversiones como cubrir la parte local en proyectos europeos o la compra de acciones en empresas como hemos visto aquí recientemente. La deuda se paga frecuentemente con más deuda emitida de este modo va creciendo hasta superar su propio PIB o multiplicarlo por 2,5 como el caso ya comentado de Japón. Ya hemos dicho que la relación ingresos-endeudamiento es el criterio que debe seguir cualquier persona u hogar ante dicha decisión, pero es que un Estado y su presupuesto no tiene nada que ver con el de una empresa, una autonomía o un hogar, no son lo mismo, los tres últimos tiene límites presupuestarios, pero el Estado con moneda soberana no, lo que pasa -de forma específica y diferencial- en el caso de la UE aunque no llegue al caso de los EE.UU., Japón, Canadá, China, etcétera.
Si atendemos que más del 80% del dinero se crea a través del proceso préstamo-deposito por los bancos comerciales, vemos que las deudas privadas tienen una gran importancia porque en empresas y hogares se puede llegar a un área peligrosa con mayor facilidad que por los Estados, lo vimos en 2008 momento en el que el problema era más de deuda privada que pública.
En Inglaterra, hay deuda que proviene de hace 300 años y no han llegado a ningún colapso, pero si queremos mantenernos en una posición conservadora (que es la que yo tengo respecto a inversiones y endeudamiento), vivo más tranquilo sin deudas, como me enseñaron en casa. Esa es la causa, no es un criterio económico ni financiero. En la Comunidad Valenciana, históricamente las pymes han estado apalancadas continuamente y -de hecho- cualquier pequeño incremento de los tipos de interés llevaba a unas cuantas a la quiebra. Para un Estado, estar entre un 40 y un 60% de su PIB sería un buen rango de endeudamiento, aunque sigue siguiendo un criterio conservador o prudente. En definitiva, si te endeudas, que sea con alguien que esté comprometido contigo, es decir, con el BCE en nuestro caso o en los ciudadanos de tu país, a ambos les puedes pedir un jubileo total y que te perdonen tus pecados, digo, tus deudas. Quiero comentar que el BCE no puede condonar deuda de sus miembros, pero las circunstancias especiales todo lo pueden, como pasó tras la pandemia superando el límite del déficit de lejos. Hay muchas voces a nivel internacional que proponen o predicen un jubileo en la deuda.
La deuda externa es más puñetera porque los países que te pueden haber prestado o la FMI quieren que devuelvas el capital prestado, pero como con los intereses ya pagas el principal de la deuda -en algunos casos, varias veces- se acaba condonando el principal cuando ya ven que has pagado bastante (la deuda externa se paga en dos modalidades: pagos amortizando deuda más intereses y la modalidad de sólo intereses y al final pago del principal, como en los bonos del Tesoro). Como el apuro es lo que te lleva a pedir ese dinero, se firma con alegría y los lloros llegan después. De hecho, cuando pides dinero al FMI teniendo todavía deuda viva, lo que contemplan es a prestar de nuevo parte de los intereses pagados, nunca del principal. Así, por este mecanismo, se entra en la eternidad de la deuda. El Fondo Monetario Internacional también concede lo que conoce como Facilidad extendida, que en el caso del FMI se llama Extended Fund Facility (EFF), con la que los plazos y las condiciones se suavizan claramente.
La tendencia actual hacia un gran gasto público y frecuentemente extraordinarios, se hace necesaria la deuda y es posible que se vean varios roll over de la misma, que no es una reestructuración sino una estrategia financiera para pagar deuda vieja con deuda nueva, mientras que la reestructuración es un ajuste de las condiciones del crédito, que también se puede ver. Normalmente, a los ciudadanos preocupados por la economía no les gusta que su país se endeude, pero tienen que decidir qué gastos eliminar: las pensiones, los gastos que impone la UE, la más que posible Renta Básica Universal o similar de dentro de unos años, etcétera. Los intereses se están convirtiendo en el principal gasto de los presupuestos nacionales o en el segundo, por eso, cada día escuchamos conceptos olvidados para la mayoría como el del déficit o superávit primario, que no tiene en cuenta a los intereses que, por cierto, es como las empresas estructuran sus resultados, diferenciando su beneficio operativo del financiero.
Para terminar, un claro mensaje que es a lo que debemos prestar atención: la deuda no es mala ni buena, todo depende a lo que se dedique y de los sacrificios en los que te verás obligado a sufrir para devolverla y, sobre todo, pagar sus intereses. Sin olvidar que la capacidad de generar los fondos para pagar la deuda es lo básico, tanto para el sector público como para el privado. Esas son las cuestiones a monitorizar.