O se acelera la unión fiscal y política de la EU o va a acabar mal
El gran problema de la Unión Europea es que contiene a países muy diferentes con estructuras económicas desiguales y a veces con intereses contrarios. Mientras hubieron entradas de dinero para la supuesta homogenización (con frecuencia conllevan el harakiri de sectores que estaban boyantes y competitivos de algunos países que se incorporaban a la UE), todo parecía ir bien, incluso algunos vieron cómo beneficiarse personalmente, pero según fuimos abandonando las zonas objetivo cero y uno, la verdad aparece de nuevo y, las políticas europeas tienen que contemplar las diferentes situaciones de los países para establecer sus políticas económicas apreciándose mezclas de políticas restrictivas y expansivas concurrentemente. Han pasado veinticinco años y seguimos sin avances hacia la unión fiscal y política y un buen número de países están ahogándose.
La complejidad interna de la UE. No puede haber una única política económica
Es cierto que el actuar conjuntamente, aporta una fuerza importante pero la UE está estancada, Alemania incluida, y con una guerra en las fronteras de nuestro territorio y, lo único que se nos ocurre para levantar a las economías es invertir en la industria armamentística y el refuerzo de las Fuerzas Armadas. Francia -que no es de los PIGS- ha multiplicado por siete su gasto en defensa desde hace años y sigue con problemas económicos cada vez más graves. ¡Algo habrá que hacer! Hay varias opciones y, siempre está la última opción: la salida del euro. Hay que reconocer que los británicos son siempre buenos estrategas, se quedaron en la puerta (por no utilizar el euro) y cuando vieron lo que venía, dijeron adiós. Seguro que si todo cambia, volverán a llamar a la puerta, pero de momento tienen su banco central con su moneda soberana y la capacidad de devaluación y nuevos modelos industriales y de materiales.
La situación económica y competitiva en la UE
La Unión Europea tiene el motor gripado. Su PIB no aumenta y está perdiendo la batalla tecnológica -no ya con los EE.UU. desde hace tiempo- contra la industria asiática. en lo único que superamos al resto de zonas desarrolladas es en el turismo y eso ya no alcanza ni siquiera para los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España). Parece que la reconstrucción de Ucrania sea el único impulso a futuro. Con todos los millones de euros gastados en nuestro sector tecnológico, no son punteros ni de lejos. Sólo han servido para mantener a una serie de empresas -algunas de ellas semipúblicas- que sin ese dinero no hubiesen sobrevivido a las crisis. Si Alemania está resfriada, las pulmonías para el resto van a ser una constante.
La gran herramienta perdida: la devaluación
Para varios de los países -los PIGS claramente, pero también para Francia y otros- se perdió la posibilidad de devaluar la moneda propia y con ella, la competitividad mediante la política cambiaria, por eso usaba una metáfora en el título, nos han casi regalado un Ferrari, pero sólo con tres marchas y tenemos poco dinero para gasolina. Una vez pasado el efecto del coche nuevo, ahora vemos la verdad: nos creíamos un país desarrollado por disponer de un gran coche, pero no lo podemos disfrutar completamente porque seguimos sin tener la capacidad de Alemania.
La Comisión Europea parece un órgano burocratizado al máximo, con dos únicas medallas -que no han sido cualquier cosa, para decir toda la verdad- las de salvarnos en la crisis del ladrillo y de la pandemia. Pero debemos pasar al siguiente nivel, caminar hacia una verdadera nación y, si no, se puede llegar a un acuerdo comercial entre los miembros y que cada país actúe con su propia moneda. Quedarse inmóvil no es la solución, hay que tomar decisiones y deben comunicarlo a la población de la UE cuanto antes.
