El dinero

Sin miedo a equivocarnos, podemos decir que el dinero es la economía y que toda la historia económica corre ligada al mismo. Medio de intercambio, unidad de cuenta, reserva de valor y mucho más. Comprender quién, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué apareció el dinero, es fundamental. Su desarrolló le ha llevado a ser la clave de la economía en la historia. Por lo tanto, para estudiar cualquier modelo económico, hay que conocer todos elementos dinerarios del proceso, desde el trigo o la sal pasando por los palos de conteo hasta los euros y los Bitcoins, aunque a éstos todavía no se les puede llamar dinero porque le falta alguna de las características para serlo, aunque podría llegar a serlo.

Setecientos años antes de Cristo ya se acuñaban monedas en Mesopotamia. Trescientos años a. C. en la cecas ibéricas ya se acuñaba moneda en la península ibérica, así que si añadimos estos años a los que les precedieron con diversos tipos de dinero, vemos que es algo consustancial al ser humano y que nuestra vida gira a su alrededor en un gran número de aspectos.

En nuestros días, el dinero tiene dos componentes: en primer lugar el de mayor liquidez (monedas y billetes y las reservas bancarias) forman la M0 que tiende a reducirse constantemente debido al menor uso del dinero líquido. Esta es la base monetaria. En segundo lugar, por los depósitos bancarios a la vista que conjuntamente con la M0 conforma la M1, constituyendo la oferta monetaria (con todos los depósitos a plazo restantes).

Hoy en día, la mayor parte del dinero se crea por la acción comercial de los bancos que basándose en el coeficiente de caja del 1% actual en la UE (desde 2012) y la relación préstamos-depósitos, crean el dinero disponible en el mercado. De esta forma, multiplican cada euro que prestan por muchos más (que acaban en un depósito en el mismo banco o en otro al comenzar a pagar contra esa cuenta, partiendo de la nada). Los de los depósitos que usted crea con sus ingresos servirán para dar crédito y volver al circuito préstamos-depósitos. El multiplicador del dinero, que es inversamente proporcional al coeficiente de caja, marcará la cantidad resultante de dinero en el mercado, pero que acaba estando fuera del control del BC excepto por la inspección o por las reglas de las operaciones jugando con las reservas de los bancos comerciales en el banco central (esto es lo que dicen los libros, pero en la actualidad está totalmente en entredicho, constituyendo una falacia más). En números, de cada 100 euros de un depósito, 99€ serán dedicados por el banco a conceder préstamos (coeficiente multiplicador del dinero bancario= 1/coef. de caja). El efecto multiplicador es brutal. Si alguien puede creer que un comercial de un banco que se encuentre con un demandante de crédito que parezca solvente para devolverlo con intereses puntualmente, mirará si tiene cupo dentro de las líneas marcadas por el BC mediante el coeficiente de caja, le puedo asegurar que irá al cielo cuando le toque rendir cuentas.

Se ha de comentar que los bancos pueden conseguir dinero de otros orígenes además del ya comentado por las operaciones comerciales. Su capital fundacional, inversores o préstamos del banco central, son fuentes de dinero al banco aunque el mecanismo de creación de dinero siempre será el de créditos-depósitos comentado soportado legalmente por el coeficiente de caja vigente.

Los bancos centrales emiten sus monedas y billetes, pero cada vez en menor cuantía a pesar de que se escucha decir constantemente que tiran de la máquina de imprimir billetes, -como he comentado anteriormente- pero no es así. Esas monedas y billetes figuran en el pasivo del banco central, dejando claro su esencia como deuda.

Lógicamente, siendo la TMM un marco de análisis económico ligado íntimamente al dinero fiat, vamos a hablar de dinero constantemente y de las magnitudes que giran a su alrededor. La TMM dice que la emisión de dinero en los países con moneda soberana y su introducción en el mercado se ejecuta a través del pago por servicios (funcionarios, servicios externos…) y por la compra de bienes al sector privado (automóviles, ordenadores…).

El dinero es el medio por el cual los Estados nos obligan a adoptar su moneda con sus condiciones y lo hacen mediante el pago de impuestos, es decir, si no hubiera esa imposición podríamos usar la moneda que se nos antojase, pero hay que pagar en euros en nuestro caso. El que quiera pagar en otra moneda, tendrá que irse, empadronarse donde resida y trabajar allí, sin tener nada aquí que devengue el deber de pagar un impuesto en cualquiera de sus formas.