
Que la adquisición o el alquiler de una vivienda está complicada es una evidencia, pero sus causas no son tan conocidas y la demagogia tiende a echar la culpa a los multi propietarios, pisos turísticos, etcétera, que algo tendrán que ver pero no son la causa principal. La causa primaria -ya comentaremos otras causas secundarias- verdadera es que no hay pisos para cubrir la demanda de compra y alquiler de viviendas, lo demás es pura propaganda. Ahora hay que preguntarse por qué no se ha construido en los últimos años y la inflación ha sumado su efecto al de escasez del bien.
Una relación de las causas de los problemas antes mencionados podría ser la siguiente: no se ha construido casi nada en los últimos siete años, las constructoras tienen una forma de operar que encarece brutalmente la obra terminada, la inflación de los últimos años sobre todo desde la pandemia, grandes poseedores de viviendas que toman como inversión rentable, aversión de los propietarios al alquiler por falta de seguridad, demanda de viviendas de lujo que crean la ilusión de un mercado boyante y otros temas menores como puede ser el auge de los pisos turísticos y la demanda añadida por la emigración que se establece laboralmente, también un buen número de extranjeros que compran viviendas para uso temporal y otros problemas menores. Pero tengámoslo claro, no se ha construido extraordinariamente inferior a la demanda. Purita ley de la oferta y demanda. El gobierno actual lleva prometiendo miles y miles de viviendas, pero no entrega ninguna. En la zona de la DANA han prometido 400 nuevas viviendas en breve plazo, pero esas ya fueron anunciadas años atrás por el Ayuntamiento de Valencia de la anterior corporación sobre un espacio que usaba el ejercito y que están iniciadas hace tiempo, es decir, nada nuevo.
Hay que acelerar la puesta a disposición de terreno a los constructores y agilizar los trámites de las licencias, asegurar que se construyen unidades para todos el espectro de necesidades en especial para alquiler a los jóvenes, garantizar a los propietarios la evitación de problemas en el alquiler, promocionar viviendas de protección oficial, legislar contra la ocupación de inmuebles, tasas de interés adecuadas (esto ya lo tenemos) para que las hipotecas no sean un problema, que las constructoras vuelvan a contratar personal y abandonen el sistemas de la subcontratación total que eleva el coste y demora la entrega y, que todos seamos conscientes de que los salarios en España son bajos. Con total seguridad, incluso con sólo una parte de estas medidas, se conseguiría que el mercado bajase los precios de compra y alquiler con un número de unidades en el mercado de viviendas ya construidas y -en año y medio- de nueva obra. Hay que pensar en un millón de viviendas nuevas y una cantidad muy importante que la seguridad legal pondrá en el mercado.
El control de precios nunca ha funcionado y ante la evidencia que no aporta la solución, los demagogos siguen queriendo aplicarlo. Como ejemplo reciente, podemos acudir al caso argentino que con tan solo eliminar los controles de precios, el marcado se inundó de viviendas para el alquiler.
Un último punto para plantear que este problema que no es un problema únicamente español y eso es lo que no se comprende porque esta claro que la cantidad de nuevas viviendas que deben iniciarse y entregarse por año para que no se produzca un diferencial tan ilógico entre oferta y demanda. Muchas medidas legales en lugar de luchar contra esa escasez, han provocado un colapso del mercado y convendría preguntarse su porqué. No le ha hecho falta ni la inflación para poner los precios por las nubes.
Los promotores comentan que se acercan la financiación de la compra de viviendas -hipotecas- a 70 años y heredables por los hijos. Toda una vida y más allá con un crédito. ¡Pues mira, podría ser una explicación!