Déficit fiscal, Dinero, Emisión monetaria, Endeudamiento, Inflación- Deflación, Política económica, Política fiscal, Política monetaria

No se preocupe, usted no es un rentista estructural…

Cada vez se escucha con más frecuencia que el gran problema de la economía actual mundial es el rentismo, en contraposición al capitalismo productivo. Los que tienen rentas de inversiones, alquileres o depósitos son los malos de la película y la izquierda ya mueve sus instrumentos de creación de estados de opinión: «Hay que acabar con los rentistas», aunque cuando lo dicen tienen que hacer un ejercicio mental para olvidar esa inversión en un fondo, ese par de viviendas alquiladas, los intereses de un buen depósito o los bonos del Estado que tienen. Pero no, quédese tranquilo que ya sea de izquierdas o de derechas, eso no es ser rentista. El problema no es la existencia de rentas, sino su volumen, concentración, origen y efectos. La crítica es estructural, no moral. «No es lo mismo tener rentas que ser parte de una estructura rentista. Lo primero es normal y legítimo. Lo segundo es un problema sistémico: cuando poseer sustituye a producir, el capitalismo se vuelve parasitario«, como dice Hudson. Este es el problema verdadero, el capitalismo se ha vuelto no productivo y la especulación, el interés compuesto y la financiarización en general dominan la economía mundial.

Cuando se habla de rentistas estructurales, se refieren a los bancos a los que les llegan los efectos beneficiosos de los QEs del BCE en forma de deuda pública, a los fondos de inversión y SOCIMIs que acaparan grandes cantidades de viviendas -miles incluso-, a los grandes tenedores de acciones internacionales, hedge funds que pueden invertir a corto provocando movimientos en los valores poco naturales y apalancándose, hasta los grandes tenedores de bitcoins. Este es el volumen y concentración que distorsiona la economía y acelera los ciclos.

La deuda pública que cubriría déficits por gasto en educación y sanidad, podría remunerar el ahorro de los ciudadanos, pero acaban en gran parte en manos de fondos, bancos, y acaban generando una sensación de necesidad de austeridad y control del gasto público.

Otros oligopolios como el farmacéutico, añade leña al incendio, puesto que gestiona patentes durante años habiendo recibido subvenciones para su investigación y desarrollo del Estado, otras veces son especialidades con origen en investigaciones universitarias. Todo esto, encarece el mercado de los medicamentos y dificulta el acceso a todos los estratos sociales incluso, algunos, quedan fuera de la Seguridad Social por su coste.

Esos grandes rentistas, alteran la economía al operar con grandes volúmenes pudiendo generar subidas o bajadas de precios si se reservan o introducen en el mercado de golpe, lo mismo para las acciones, bonos y otros activos. La causa es que la economía productiva dio paso a la economía financiera y eso ya vimos en 2008 lo que provoca, pero no lo hemos resuelto y el problema sigue ahí. Los rentistas no se caracterizan por su valor añadido, simplemente están ahí y gestionan grandes cantidades de dinero con el objetivo de la mayor rentabilidad y el menor riesgo posible. El problema no es a lo que se dedican sino que operan con tan grandes volúmenes de activos y concentrándose con el tiempo, que alteran el mercado en perjuicio de una mayoría.

Hay que volver a la economía productiva, a la que crea cosas aunque sea con características circulares. La economía financiera se basa en colocarse en los pliegues del sistema sin generar valor añadido sólo beneficios, debido a la posición que ocupan y las disponibilidades que gestionan. Es una distorsión del mercado que hay que resolver por el bien del capitalismo y el mercado, porque la alternativa es el populismo en estado puro.

Claro que, de camino contra los rentistas estructurales, siempre habrá algún gobierno que quiera extraer parte de las rentas de los pequeños rentistas, que es lo más fácil siempre. Dicen que están contra los grandes tenedores de viviendas, pero acaban buscando a los que tienen un apartamento en la playa y una casa heredada en el pueblo.

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