Dinero

Cuando no encuentres la razón de un hecho económico, interpreta a los clásicos y punto

Los economistas clásicos y los grandes filósofos escribían de forma tan, tan, tan, ¡qué sé yo! Que puedes interpretarlos como quieras y, así se siguen vendiendo sus libros después de cien años -o más- de su fallecimiento. Lo hacen todos, los de izquierdas y los de derechas. Hoy traigo el ejemplo del Principio de imputación de Menger, el cual se está aplicando para explicar -en Argentina- que los poseedores de dólares los usen para comprar o para cambiar antes de que baje el precio del dólar y pierdan capacidad de compra o rentabilidad en las operaciones cobradas en dólares. También sirve para avisar a los fabricantes que bajen los precios antes de que sus productos dejen de venderse. Están bastante claro los objetivos: hay que entrar dólares en el banco central y hay que bajar los precios y, quién mejor que Menger (padre de la Escuela Austriaca de Economía) para justificarlo con un «Es el precio de reserva el que determina los costes y no al revés», lo cual es cierto, pero hay que hacer muchos matices.

Karl Menger es uno de los impulsores de la visión subjetiva del valor en contraposición con la Teoría objetiva del valor que Marx y Engels y sus seguidores nos han querido contar, propuesta imposible de poner en marcha como fácilmente se puede comprobar viendo los modelos teóricos y las implementaciones prácticas (por decir algo) que se han ejecutado. En realidad lo que Marx quería expresar dándole la vuelta a la razón era que el empresario no debe quedarse con el margen que generan las operaciones, así de simple. Después, economistas como Piero Sraffa intentaron -sin conseguirlo- determinar el precio, cosa que no hubiera hecho ni con las macros de las hojas de cálculo, el Data Mining ni la IA.

En aquellos tiempos alrededor de 1750, los costes estaban muy básicamente basados en materia prima y mano de obra, por eso Cantillon, Adam Smith y David Ricardo, pueden ser también interpretados como partidarios del valor objetivo de las cosas, pero -en realidad- si se leen bien, se ve claramente que hablaban del concepto todavía por especificar del valor subjetivo de las cosas. Todos percibimos qué vale una cosa y el precio que merece por ello, dependiendo del momento, lugar, y situación en la que nos encontremos.

Menger, concurrentemente pero cada uno por su cuenta, con Jevons y Walras, determinaron que el valor de las cosas es subjetivo (y contextual, añado yo) y que no procede del coste más un mark-up, así como de la Teoría de la Utilidad Marginal que Gossen en su segunda ley ya había hecho una aproximación sin ser exactamente lo mismo. Estos autores que sentaron los principios del marginalismo, abrieron una visión en la micro economía que ha sido clave para su desarrollo. Tristemente, a pesar de ser aceptada por todos los economistas -a excepción de los teóricos marxistas que siguen con la Teoría del valor objetivo como parte de su personalidad- en la inmensa mayoría de empresas, sobre todo en aquellas con una gestión simple, se sigue determinando los precios añadiendo un mark-up (que no un margen bruto) a los costes. Esto asume dos problemas fundamentales, el primero es que desconocen lo que es el mark-up y eso les hace perder dinero porque aplican márgenes inferiores al rendimiento que creen aplicar. El segundo, es que sus costes siguen siendo un misterio al que -en el mejor de los casos- imputan mal a los productos.

Menger, cuando hablaba del precio, hablaba del valor asignado mentalmente por los potenciales clientes y ese valor debía ser el precio de reserva, el precio máximo aceptable por un cliente. Además, el precio es circunstancial, en cada momento puede cambiar dependiendo de la situación, competencia, etcétera, pero a los clientes, los costes que tú tengas les importan un pepino. Luego, una vez que has determinado el precio de reserva mediante el valor apreciado, tienes que utilizar las técnicas del target costing para conseguir el margen que quieres, es decir, justo al revés de como normalmente se hace en la mayoría de las empresas.

Piero Sraffa desarrolla una teoría económica que busca determinar los precios de las mercancías y la distribución de la renta (salarios y beneficios) en función de las condiciones técnicas de producción, sin recurrir a la teoría de la utilidad marginal -que hemos comentado anteriormente- que caracteriza a la microeconomía neoclásicaEn esencia, Sraffa analiza cómo se produce y distribuye la riqueza dentro de un sistema económico, donde las mercancías son tanto insumos para la producción de otras mercancías como productos finales que satisfacen necesidades. La teoría de Sraffa proporciona una alternativa a la microeconomía neoclásica, ofreciendo un enfoque diferente para entender la economía y los mecanismos que determinan los precios y la distribución de la renta. Otro modelo teórico que intentaba continuar con el Valor objetivo del trabajo de Marx.

Hegel, Smith, Marx, Feuerbach, etcétera, filósofos en realidad, pueden ser reinterpretados constantemente, para eso escribían abriendo caminos para que los recorrieran otros…

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