
En primer lugar, quiero explicar la diferencia que en Argentina -y en otros países hispanoamericanos- tienen establecidos para los títulos en economía y empresariales. Los primeros son los que se llamarán economistas y los segundos los que se llamarán contadores públicos. En España, tanto los de la rama general (economía) y los ADE, disponemos de la titulación de graduado -antes licenciados- y nos convertimos en economistas en cuanto nos colegiamos en los Colegios de Economistas reconocidos por la ley. Lógicamente, los planes de estudios tienden a la especialización y las asignaturas se van distribuyendo para cumplir el objetivo académico y el supuesto desarrollo profesional, con lo que hay nuevas titulaciones y varias mixtas entre dominios de la economía, incluso con derecho.
La diferencia fundamental radica en que -en Argentina- los contadores públicos se orientan a los temas contables, de economía de empresa, auditoría, fiscalidad, finanzas, control interno, etcétera microeconomía en general) y, los economistas, se dedican al tema cambiario, los de la banca central, el análisis de datos y tendencias, la creación de modelos, la inflación, etcétera (macroeconomía en general). Por esta razón pudieron dar un soporte superior -también- a las empresas, por lo que hay muchas consultoras de buen tamaño dedicadas a los temas macro. En España, los licenciados/graduados en la rama general se dedican a la formación universitaria, a alguna consultoras muy especializada y a los organismos públicos, mayormente. Pocas empresas los ven entrar.
La Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE) agrupa a los 24 Consejos Profesionales de todo el país, en representación de más de 170.000 matriculados de las Carreras de Contador Público, Licenciatura en Administración, Licenciatura en Economía y Actuarios. En España sólo hay 60.000 colegiados de todas las áreas económicas y empresariales. Supongo que en Argentina deben plantearse dificultades en el logro de empleo por el menor número de empresas argentinas y el mayor número de profesionales. Sólo en la UBA (Universidad de Buenos Aires) hay 62.000 alumnos de todas las especialidades anteriores. Me temo que la economía -en cualquiera de sus dominios- está de moda en la República Argentina por motivos obvios y también por su necesidad de tener conocimientos de los temas inflacionarios y cambiarios en la cabeza desde muy jóvenes.

Curiosamente, por el problema secular argentino con la inflación y el tema cambiario peso-dólar, el conocer lo que estaba por venir era fundamental y ha sido y es una fuente de beneficios si se hacía bien y de forma dedicada. Posteriormente, han adquirido conocimiento y experiencia en los distintos instrumentos/activos financieros que los sucesivos gobiernos y responsables del BCRA han ido creando relacionados con las reservas del banco central, la emisión de dinero, los altos intereses, etcétera. Por todo esto, hay grandes consultoras de economistas que proveen informes frecuentes y consejos que las empresas aprecian claramente. La competencia entre ellas es también evidente y sus responsables tienen una presencia en medios semanal cuando no diaria. el consumo de información económica no tiene parangón en ningún otro país.
Como he comentado, en las épocas de mayor nivel de inflación y de variación del tipo de cambio, las empresas, comercios, grupos financieros y grandes fortunas han necesitado información y consejo respecto a la gestión de los stocks -con lo que se ha ganado mucho dinero- y con la dinámica del valor peso-dólar, ya fuera a través de la llamada bicicleta financiera -que es una tipología local de carry trade– u otros mecanismos más o menos formales.
Tristemente, muchas empresas descuidaron su misión en el mercado y se han dedicado a conseguir la excelencia en el tema financiero y especulativo frente a su verdadero negocio y eso les ha hecho perder competitividad internacional. Es una tendencia global, pero en la República Argentina se han dado las circunstancias desde hace más tiempo y de forma continuada. Este problema es una de las mayores dificultades que tiene la prosperidad de la nación, aunque ha desarrollado una gran cantidad de especialistas bien formados y eso siempre viene bien. La cantidad de argentinos directivos en entidades financieras, de banca y bolsa (bancos, aseguradoras, fondos de inversión, hedge funds, etcétera), es muy alta en todo el mundo, incluidos los Estados Unidos.
Todos corremos el riesgo de abandonar los negocios productivos para abrazar los especulativos. Tal vez todo camine hacia ahí y la tecnología ayude a su progreso, pero a mí me gusta más el mundo productivo.
En España, esa separación excesiva de contenidos -a diferencia como era antes- es para mí un gran error. Los graduados en ADE no suelen tener mucho conocimiento de macroeconomía y la micro no da respuestas fuera de una macro concreta.