Déficit fiscal, Dinero, Emisión monetaria, Endeudamiento, Inflación- Deflación, MMT - Modern Monetary Theory, Política económica, Política fiscal, Política monetaria, Sistema Monetario, TMM - Teoría Monetaria Moderna

El laboratorio monetario y fiscal más seguido actualmente: La República Argentina

La República Argentina tiene especificidades económicas muy curiosas que nos llaman la atención porque nosotros no hemos sufrido esas situaciones. Entiendo que esa circunstancia bimonetaria de facto conlleva una serie de efectos, sobre todo en este momento en que los instrumentos de política monetaria y también fiscal, están en plena efervescencia.

El peso es la moneda argentina, pero el país vive pensando en dólares desde hace muchos años y todo aquel que puede convierte los excedentes (o los ingresos si puede negociar) a dólares americanos como reserva de valor. La Ley de Gresham indica claramente que habrá una moneda buena y otra mala que querrá sacar a la buena. En mi visita a Argentina allá por el año 2.000, pagaba con dólares y siempre me devolvían en pesos. Esa relación entre las monedas provoca que exista un juego cambiario entre ambas, no hay que olvidar que existe un precio del dólar oficial (con el banco central), el mayorista para grandes operaciones, el blue que es el informal y varios tipos de dólar específicos por industria (dólar soja, por ejemplo), cosa que deriva del «cepo» cambiario que controla las operaciones (compra y movimiento de capitales con divisas) con dólares y que está condenado a desaparecer en el momento en que se pueda, entre otras cosas, porque no es nada «libertario» aunque también es una cuestión común en aquellos países con una fuerte presencia de la inflación.

Ahora, ¡cómo es la política monetaria! Se han invertido los términos y es el peso el que se ha revalorizado frente al dólar, pero atendamos a los detalles: Al no emitir (o haber emitido sólo para cumplir con los compromisos heredados del gobierno anterior) y haber aplicado un crawling peg (devaluación programada mensual para evitar grandes devaluaciones y que Joe Martínez De Hoz llamaría «Tablita cambiaria») de un 2% tendiendo a ser el 1% en el año entrante, el peso tiene las consecuencias contrarias a las que sufría con la inflación y recupera valor.

Como fruto de la relación cambiaria peso-dólar antes aludida, se está dando una oportunidad financiera que es típica de cuando un valor monetario no se va a mover porque el gobierno de turno no va a dejar que suceda, es que esa «fijación» de su valor permite conseguir dinero a ese interés e invertirlo en otra moneda que genere un interés superior a corto plazo. Es como apostar a seguro, un chollo que no es la primera vez que se da en Argentina (en Japón también ha sido popular así como en otros mercados Forex) y que es conocido en Argentina como «La bicicleta financiera». En este momento, puedes vender 1.000 dólares y comprar pesos que, poniéndolos en un depósito a plazo fijo o en Letras del Tesoro argentino, se puede conseguir una muy buena rentabilidad (40% o más, en unos pocos meses siempre menores a un año) para convertir esos pesos nuevamente en dólares. Esta situación, como he comentado anteriormente, no es nueva en la nación hermana y cuando se dio las cosas no acabaron bien.

Los tipos de interés del crédito en pesos han estado al 50% anual, como lo leen, y en 2025 se espera que puedan llegar al 25% aproximadamente, pero hay alternativas muy ventajosas si se acude al mercado de capitales y se pide un préstamo en dólares. El valor del peso va hacia arriba y el valor del dólar hacia abajo, eso explica lo comentado en los dos párrafos anteriores. Los dólares tienden a inundar el mercado.

En esa maraña cambiaria y por si faltaba una guinda, aparece de nuevo la inflación, pero no en pesos sino en dólares. Es lógico, una moneda y la otra se van pasando los efectos perniciosos y beneficiosos, porque -de hecho- las dos son utilizadas por la población y si se actúa sobre una de ellas, la otra responde rápidamente generalmente al contrario, cuestión que se podrá gestionar con la «competencia» de monedas, aunque muchos expertos argentinos creen que se tratará mejor de una «convivencia» de monedas, al menos en el corto plazo.

Con el fin controlado del cepo cambiario, las exportaciones se podrán disparar (las importaciones también) lo que dará un impulso si no se sale de madre y la balanza comercial es positiva. Hay una lista de 60.000 millones de dólares en inversiones de empresas extranjeras en Argentina a través del RIGI.

Cada tres meses iremos haciendo un post de la situación de la economía argentina, que se está siguiendo como el laboratorio monetario y fiscal más importante en la actualidad, aunque los modelos y programas macro ya se reconocen como vistos anteriormente. Se puede decir que hay algunos claroscuros que veremos en qué quedan y si procuran algo más que un efecto «derrame».

No sé si el gobierno actual será capaz de dar un salto hacia adelante sostenible, lo que sí sabemos es que los anteriores no lo fueron. En cualquier caso, yo les deseo lo mejor para que vuelvan a ser la gran nación que fueron en el pasado, también porque una parte de mi familia es argentina -mi padre también lo era- y es penoso ver cómo un país con sus recursos no consigue salir de un círculo vicioso que le impide la prosperidad.

¡Hola, 👋
suscríbete a nuestro blog!

Regístrate para recibir nuestro post semanal en tu bandeja de entrada. Puedes borrarte cuando quieras

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.