Dinero, Emisión monetaria, Inflación- Deflación, Política monetaria, Sistema Monetario

El efecto monetario de la falsificación del dinero

Una vez establecida la preferencia por un material escaso como base del dinero-moneda, en un primer término, y de los billetes más tarde, la falsificación del dinero ha sido una de las prioridades de los delincuentes y de los estrategas de las guerras. Esta última, como prueba del daño que puede hacer una excesiva oferta monetaria, ya que si inundas de dinero falso un país enemigo, su moneda perderá valor, se crearán colapsos en algunos productos, sus precios se elevarán, crearás distorsiones en el sistema de precios y la economía tendrá problemas. Por eso en las guerras se ha utilizado esta estrategia por todos los servicios secretos. La puesta en circulación de billetes falsos más importante de la historia bélica fue en la Segunda Guerra Mundial con la llamada Operación Bernhard, con una soberbia inyección de billetes de libras y dólares falsos.

En situaciones generales de paz, grupos de delincuentes falsifican el dinero con el fin de enriquecerse gratuitamente y adquirir bienes caros a precios casi cero o vender los billetes a buen precio y por dinero legal. Los efectos son los mismos que en caso anterior, pero con el agravante que se pierde el señoreaje por el banco central. En un país pequeño el mal causado puede pararse porque es más fácil de detectar el vector del dinero, pero en una nación como la Unión Europea con tantos estados integrantes y sociedades diferentes, se tarda bastante más en encontrar el origen del dinero falso. billetes grandes (100, 200 y 500 euros) son más comprobados y los de 50€ también. En el Reino Unido los billetes más usados son los de 20 generalmente y 50 libras siendo -este último- comprobado en- muchos comercios cuando se les presenta como pago. Siendo cierto que a mayor valor nominal del billete, más control será aplicado y , por lo tanto, mayor riesgo de detección, los billetes de 20 euros son una práctica de menor riesgo y -claro está- el beneficio demanda mayor número de billetes.

En 2023 se retiraron de la circulación 467.000 billetes en euros falsos, siendo uno de los niveles más bajos de la historia en relación con el número de billetes en circulación y aproximadamente el 70% eran billetes de 20 (el 50% es de este billete) y 50 euros (datos del BdE). ¿La falsificación desaparecerá cuanto se activen las CBDC, la moneda electrónica de la zona euro? Pues la de billetes y monedas sí, pero probablemente aparezcan otras formas que -si no puramente falsificación- supondrán una pérdida de tu dinero.

A lo largo de la historia, la falsificación del dinero ha ido paralela a su proceso de monetización de un bien, Los Mayas ya lo aplicaban a los granos de cacao considerados dinero durante un tiempo y los falsificadores, en lugar de la pulpa con la que se producía el chocolate, las rellenaban de lodo endurecido. Con la acuñación de monedas, la cosa fue a más y se superaron con los billetes. Es una forma de enriquecimiento ilícito que sigue aquella máxima del atracador de más de cien bancos William F. Sutton, que tras ser detenido fue preguntado por los periodistas por qué robaba bancos y el respondió: «¡Porque es donde está el dinero!». Por la misma razón y lógica, podríamos responder a la pregunta de por qué se falsifica el dinero… Una forma rápida de conseguirlo sin trabajar (mucho).

La falsificación no afecta a todos por igual y, como la ley de Hume-Cantillon expresa unos saldrán beneficiados sobre otros, tanto por la velocidad de la detección como por el efecto inflacionario. Los primeros siempre se benefician respecto a los últimos. Por otra parte, los comercios y restaurantes son los más perjudicados teniendo que reponer el ingreso perdido por los billetes falsos detectados.

La falsificación de moneda y de efectos timbrados es un delito grave, con penas entre 8 y 12 años de prisión y multas de hasta diez veces el valor nominal del dinero falsificado, según establecen los artículos 386 al 389 del Código Penal. El artículo 386 del C.P. sanciona la falsificación de moneda y efectos timbrados con penas de 8 a 12 años de prisión y multa de hasta 10 veces el valor aparente de la moneda falsificada. Las conductas delictivas que se concretan son: alterar la moneda o acuñar moneda falsa; introducir moneda falsa o alterada en España o en cualquier otro estado miembro de la UE; transportar, expender o distribuir moneda falsa o alterada conociéndose su falsedad.

Según los datos oficiales, la falsificación ha ido complicándose por las innovaciones utilizadas en monedas y billetes y su tendencia ha ido bajando paulatinamente. La implementación de monedas bimetálicas con dos metales de diferente color son difíciles de falsificar a bajo costo, lo que hace que el riesgo sea alto para la utilidad a conseguir. Aprovecho para recordar el sencillo y práctico método que recomienda el BdE/BCE para la detección de billetes falsos para cuando no disponga de un detector electrónico a mano: el «toque, mire y gire».

El BdE/BCE tienen dos unidades contra este fraude: la unidad técnica (CNA y CNAM) y una unidad policial BIBE que perteneciente al cuerpo de la Policía Nacional, está especializada en este tipo de delitos, que ponen complicado este tipo de delitos que actúa en colaboración con la acción judicial y el Código Penal.

Todos los agentes económicos, desde ciudadanos a comercios, entidades financieras y cualquier pagador en general, tenemos la obligación de retirar de la circulación todos los billetes y monedas en euros recibidos cuya falsedad nos conste o sospechemos de ellos, debiendo ser entregados sin demora a las autoridades nacionales competentes.

Finalizando el siglo pasado me enteré de un caso curioso, alguien desde los talleres de una empresa municipal de transportes fabricaba discos metálicos de peso similar e igual dimensión a la monedas de cien pesetas, que eran utilizados por algunos de los conductores que hacían un descanso cerca de las máquinas de vending. De este modo, al consumir un café con un coste de 25 pesetas -un precio bajo porque estaban en una universidad-, obtenían un café de forma gratuita y las vueltas (75 pesetas). Un buen negocio. Estos datos me fueron confirmados por los reponedores de la empresa de vending que encontraban el cajetín lleno de fichas, también por quiénes eran los presuntos ventajistas. Me parece recordar que el remedio fue afinar en el control del peso de las monedas. Era una manera burda de falsificación, pero con buen rédito y riesgo limitado.

Obviamente, el dólar ha sido y es el billete más falsificado porque tiene presencia y uso en casi todo el mundo. Últimamente se han detectado billetes de diez y de veinte dólares de gran calidad debido a que fueron fabricados con billetes de un dólar.

En España, las monedas de céntimos fabricadas con el llamado «oro nórdico» que es difícil de fundir y las de un euro y dos euros, son bimetálicas y en tres capas. Ambos tipos con falsificación complicada y -por lo tanto- poco rentable.

Todas las falsificaciones nos perjudican a todos los ciudadanos por lo que he contado al principio del post, alguno puede creer que es beneficioso para el delincuente sin perjuicio para nosotros, pero si supieran cómo alteran el sistema monetario y el de precios, tal vez no lo pensarían así.

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