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El carácter deflacionario de la IA y la Escalera de Hogwarts

Toda Europa tiene problemas de crecimiento y prosperidad. Rebasar un incremento de un 0,8% de media está costando mucho. El crecimiento del PIB requiere aumentos de productividad y llevamos mucho tiempo estancados en el viejo mundo, basta con ver a los países tractores habituales como Alemania o Francia como están. Para los que puedan pensar que no es el caso de España, que sepan que sin la inflación y sin los anabolizantes del gasto público sin ningún objetivo estratégico (más del 51% del PIB es gasto público), nuestro PIB está mal, muy mal. Decir que ha sido el motor de la UE cuando Francia nos duplica el PIB, Alemania nos lo triplica e Italia tiene un 40% más, es confundir voluntariamente el valor relativo con el valor absoluto con el propósito de engañarnos.

Pero volvamos a lo nuestro. Las innovaciones siempre han creado un incremento de la productividad, desde el estribo que permitió una mayor maniobrabilidad a los combatientes a caballo y con espada, pasando por la máquina de vapor, la informática, la telefonía, la automatización industrial, sin olvidar la familia y la ciudad como elemento de mejora. Así ha sido como hemos conseguido aumentar el PIB en la historia. Todo ese acumulado nos permitió una segunda mitad del siglo pasado muy buena, pero se ha ido agotando sin relevo. El modelo industrial que conocemos está agotado y no es un hecho reciente. Se planteó la economía del conocimiento como sustituto al modelo industrial y a su extensión -que era como una prorroga de un modelo agotado-, pero ese nuevo modelo tampoco llegó y no se pagó el conocimiento salarialmente hablando, más bien al contrario, se han despedido a cantidades ingentes de empleados experimentados.

Por esta razón, la expectativa de que la Inteligencia Artificial – IA pueda suponer un salto en la productividad es la esperanza de volver a purgar el motor del crecimiento, tan olvidado ya.

En los últimos 30 años el mapamundi mundial ha girando sobre su eje y Europa –que había sido el ombligo del mundo durante siglos- se ha quedado como la dueña del occidente en los mapas y América es el nuevo oriente. Filipinas está ahora en el centro del nuevo mapamundi. Ese medio giro del mapa estratégico del mundo no ha sido por casualidad, China va a convertirse en el nuevo hegemón absoluto en los próximos 25 ó 30 años y lo conseguirá por ser la fábrica del mundo o antes de esa previsión. Como dice un conocido mío chino-valenciano, las formas de gobierno del futuro se parecerán mucho al sistema chino. Algunos autores dicen que “China es la única nación que ha llegado al final de su historia, no le gustó y ha vuelto hacia atrás”

Ellos no han parado de aumentar la productividad basándose en la tecnología industrial con un propósito que resulta extraño atendiendo a su número de habitantes: sus fábricas están totalmente automatizadas. El futuro de la fabricación del automóvil y otros derivados (moto eléctrica, patines-moto…) está en China con fabricantes chinos, fabricantes europeos/americanos en China o fabricantes chinos que licencian a fabricantes locales en Europa o en los EE.UU.. La pirámide de empleo se ha invertido y no hay operarios en la planta, pero hay 100.000 (sí, no he puesto ningún cero de más) ingenieros que registran a razón de 32 nuevas patentes al día (BYD – Build Your Dreams). Como consecuencia de una mejor forma de fabricar, la tendencia a las plataformas y la forma de ensamblar el coche al final del proceso mediante una gran prensa sin soldaduras, se abarata su producción y por lo tanto su precio. Como dicen los ingenieros de software: “Todo lo que te gastes en análisis te lo ahorrarás en el desarrollo”. La IA, la robótica y la automatización, son los elementos de esas mejoras productivas, como lo fueron el fordismo o el lean manufacturing en su momento. Los fabricantes tradicionales europeos y americanos necesitan sacar 700.000 unidades al año para alcanzar unos costes que permiten precios asumibles por el mercado (cada vez menos). Eso se ha acabado. Los chinos fabrican mucho más barato y están preparándose para reciclar los coches a los años y sacarlos al mercado de nuevo. Plataformas iguales, piezas  compartidas y pago por uso de coches iguales con diferente activación de características, coches reacondicionados a la venta. Los fabricantes europeos y americanos han caído por buscar vender miles y miles de unidades aunque fuera perdiendo su personalidad y carácter en sus productos. Tesla y Xiaomi están más cerca de BYD. Sólo Toyota plantea una alternativa con su motor de hidrógeno que va mejorando en rendimiento, pero que en costes no es competitivo todavía.

Boston Dynamics, el mayor y más avanzado fabricante de robots será un proveedor global. ¿Saben quién es su nuevo dueño? Pues Hyundai. Es un paso más hacia el liderazgo asiático. No cabe ninguna duda que se va a producir un cambio en los trabajadores que no puedan aportar un gran valor añadido.

A finales de 2022, una nueva tecnología llegaba al mercado: la IA generativa, que venía a establecer el link entre las metodologías de la IA clásica y el lenguaje natural de los usuarios de a pie. Muchas empresas han añadido las siglas IA al nombre de su marca o al nombre de su software completando su metamorfosis, aunque ya podían haber aplicado las mismas técnicas desde hace años (Machine Learning o Deep Learning). Las estadísticas oficiales dicen que España está un poco por encima de la media en el uso de la IA, lo que viene a decirnos que, o no hemos entendidos la pregunta o que creemos que hacer vídeos, imágenes o automatizar algún proceso para lo que no hace ninguna falta la IA, es Inteligencia artificial. De lo que no cabe ninguna duda, es que la IA va a tener un desarrollo brutal en los próximos ocho/diez años y que si nos durmieran para despertarnos en 2035, nos pasaríamos varios días con los ojos como platos.

En ese momento de desarrollo de la IA, robótica y la automatización en general, van a eliminar mucho trabajo físico, hablan del 85%. Durante un buen periodo de tiempo, los titulados STEAM van a tener trabajo, quedando –finalmente- los verdaderamente y diferencialmente creativos. Este proceso no es nuevo, viene acelerándose desde hace cincuenta años. No hay que perder el ánimo, veremos que nuevas oportunidades se presentarán.

Como decíamos, a lo largo de la historia, todas las innovaciones tecnológicas dispararon la productividad y con ella, el PIB y la prosperidad de la población. Siendo la primera consecuencia de esas innovaciones tecnológicas el efecto deflacionario. Cuando se abarata un producto, servicio o recurso, todos tienen un mejor acceso a ellos (ganancias en salario real) y como fruto de la productividad se consigue más PIB y por lo tanto mayor PIB per cápita y también de los beneficios empresariales. Esta capacidad deflacionaria permite que los individuos asignen su gasto a una mayor variedad de bienes y servicios, estimulando así la demanda en diversos sectores y promoviendo la creación de nuevos empleos, o de la construcción de nuevos productos que mejoren la vida de los ciudadanos. El ejemplo clásico lo tenemos en la agricultura, en la que los productos se han abaratado, con mayor diversidad de surtido y con un número de agricultores brutalmente menor, lo que nos permite más gasto en otros mercados, volviendo a iniciarse ese círculo virtuoso.

La pregunta que surge de inmediato es de qué van a vivir  los ciudadanos que vayan quedando fuera del mundo laboral, conjuntamente con jubilados y otros grupos sin ingresos.

Por otra parte, los sistemas de gestión (control) van a tomar plaza y con frecuencia van a recomendar que algunos empleados (tal vez también directivos o managers intermedios) por debajo de la línea de aceptabilidad de rendimiento abandonen la empresa y, también, se van a establecer marañas de sistemas intercomunicados que pueden tomar decisiones con vida propia, algunas de ellas contrarias a la libre competencia.

Conclusiones:

Hasta dentro de diez años no sabremos a lo que puede llegar realmente la IA, tanto tecnológica como socialmente. Hay un alto riesgo de exclusión, eso sí que se ve. Robert Shiller, premio Nobel de economía, habla de la conveniencia de crear seguros de exclusión por la tecnología para los ciudadanos.

La IA es el gran motor de la automatización y robotización industrial, aunque -desde luego- no viene de la IA generativa ni del prompting de ésta. De hecho, se está necesitando un entorno prompting con lógica matemática y así avanzar en la aplicación de la IA en ámbitos complejos. No todo son vídeos, voces, imágenes y gráficos…

En las fábricas se tardará un tiempo en relevar a los operarios porque la precisión ojos/manos requiere grandes inversiones en automatización/robotización. Asia nos adelantará claramente. Los trabajos de los que se puedan sacar patrones de comportamiento basados en reglas (análisis contable, fiscal o financiero, por ejemplo), también estarán amenazados.

Algunas consecuencias de la generalización de la IA son:

  • Homogenización de todo los creativo: obras de arte/diseño, forma automóviles, informes, libros, etc. que la IA se aprovecha y no para derechos de autor. Gente trabajando por salarios bajos creando contenido «legales» para las plataformas de IA
  • Necesidad de una gran capacidad de computación, pero grande, muy grande. Su consumo eléctrico será excepcional así como las condiciones de las instalaciones físicas. Avence poco a poco hacia la computación cuántica
  • Los prompts caminan hacia la lógica matemática y no el lenguaje natural que quedará para los usuarios no técnicos
  • Si los salarios suben más que la productividad, tendremos inflación. Luego una tasa más alta de productividad permitirá mejores salarios sin inflación
  • Respeto a los derechos de los creadores o su justa remuneración, ante el riesgo de desaparición de empleos creativos de los que se aprovecha la IA generativa
  • “Creo que es una tecnología muy interesante y que traerá grandes beneficios para quienes sepan qué hacer con ella” (Jordan Bitterman, IBM). Todo está por escribir y nuevos empleos aparecerán
  • Los sistemas algorítmicos pueden llegar a acuerdos colusorios sin estar aparentemente diseñados para eso (llegar a acuerdos contra la libre competencia, al estilo que -voluntariamente- llegan algunos carteles en algunos mercados)
  • Coches autónomos, que tendrán que elegir en situaciones de accidente potencial entre la vida de su conductor o de otros conductores u ocupantes de otros automóviles en nanosegundos, basándose en reglas especificadas en sus algoritmos

Mucho talento actualmente esclavizado en tareas que añaden poco valor, puede liberarse para aportar su creatividad e ingenio en tareas que aporten una increíble productividad, por raro que nos pudiera parecer esas tareas ahora.

Identificar las empresas, las industrias y los trabajos que serán afectadas negativamente o -al contrario- que mejorarán con la IA es complicado, pero es mucho más difícil imaginar las cosas que surgirán de esa innovación, de las nuevas industrias y trabajos que aparecerán.

Nuevos negocios –de base tecnológica no tecnológicos- se abrirán paso, como la telefonía móvil Smart  ha creado otros negocios (Uber, por ejemplo, y otros muchos que se están cociendo). La IA supone para las carreras profesionales algo así como la Escalera de Hogwarts. Los estudios no te llevarán por los peldaños de una única escalera y conocimiento de forma lineal y duradera. El destino profesional se escribirá con muchos saltos

La Renta Básica Universal u otra solución similar (ya no estamos tan lejos de eso, pensando que el 51% del PIB es gasto público en 2024), caben algunas otras soluciones como desarrollar más empleos que requieran habilidades sociales, como trabajadores sociales, terapeutas, maestros, mentores, cuidadores y entrenadores de vida, así como alentar a las personas a realizar un voluntariado y considerar pagarles por ello.

Sin duda, van a ser tiempos interesantes…!

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