
La receta que emplea el BCE y por ende el resto de bancos centrales de los países miembros de la UE, ha presentado alguna novedad que no se había visto nunca o, al menos yo no lo recuerdo. La receta clásica antinflacionaria es la siguiente: incrementan los tipos de interés en un breve periodo de tiempo, por lo que los mercados financieros reflejan rápidamente el cambio por la acción e instrumentos que ejecutan los bancos centrales para «obligar» de alguna forma a que entren a operar en un rango determinado de tipos. La consecuencia es que el coste del crédito sube para toda la economía. Lógicamente, se desincentiva la solicitud de préstamos por su alto coste y se da paso a preferir el ahorro por su nuevo atractivo en remuneración de los depósitos, aunque en esta última ocasión no ha sido así en España. También los nuevos bonos son apreciados y la bolsa baja por falta de liquidez. Esta conducta frena el gasto por lo que la economía echa el freno y se enfría con pinta de recesión. Finalmente, la inflación vuelve a su senda y se puede reanudar el calentamiento para que la ciudadanía no muera de tanto «frío».
Muchos autores dicen que la receta clásica produce unos efectos secundarios perjudiciales y que acaban impulsando un nuevo ciclo inflacionario. Es como hace 60 años cuando a muchos niños les practicaban una amigdalectomía como solución a sus problemas y desde hace tiempo se dieron cuenta que era peor el remedio que la enfermedad -nunca mejor dicho- y dejaron esa práctica que además era traumática por la inmovilización que suponía para los infantes encima de una silla de operaciones. No creo que pase mucho tiempo para que la receta del shock antinflacionario deje de ser utilizada para parar la inflación en seco y nuevas recetas entren en acción. Propuestas alternativas las hay.
Lo curioso es que en esta ocasión, con los tipos de interés al 4,5% no se han remunerado los depósitos bancarios, han sido las Letras del Tesoro las que han llevado la voz cantante, aunque nunca han pasado de una rentabilidad máxima del 3,862%, en otoño de 2023, el resto de subastas habrá tenido una media del 3,5% aproximadamente, según su proximidad a las fechas de subidas y bajadas de los tipos de interés oficial.
¿Qué ha pasado? ¿Los bancos no han querido captar depósitos y clientes y/o el Tesoro necesitaba colocar deuda? Cuando el BCE determina la remuneración de los depósitos que los bancos comerciales tienen en el BCE (oficialmente, el tipo de interés de la facilidad de depósito), están diciéndoles indirectamente que no hagan el tonto y obtenga una rentabilidad sin riesgo con ellos y que no arriesguen con el crédito. Por lo tanto, no sienten ningún interés en remunerar mejor los depósitos a plazo ni conceder préstamos. Por eso, tampoco sienten una gran necesidad de nuevas cuentas. ya han visto que en cuanto suena la corneta de apertura de la veda crediticia, rápidamente comienzan las ofertas para nuevos clientes. Esto es parte del mecanismo de creación del dinero bancario (más por los nuevos clientes que por los fondos que depositan).
La explicación a esta novedosa situación, además de la comentada en el párrafo anterior, es que el mercado está más atiborrado de liquidez que en toda su vida, así que no están motivados por remunerar mejor el ahorro, con el 3,75% que pagaba el BCE hasta el comienzo de las bajadas, era una buena rentabilidad y segura. Según el BdE, en abril, antes de la bajada de tipos, el interés medio ofrecido por los bancos en nuevas operaciones de depósitos era de 2,53%, siendo de 2,48% para un plazo de un año, mientras que el BCE remuneraba un 4%. Por otra parte, habría que analizar la oferta, porque los bancos que ofrecían mayor remuneración, no eran los que mayor número de clientes y depósitos tienen.
La consecuencia final es que los españoles hemos perdido una importante capacidad de compra, ya tuviéramos mucho o poco dinero en las cuentas bancarias. Los bancos se inventaron lo de los gastos que cobran trimestralmente porque el interés estaba muy bajo o era incluso nulo o negativo y, cuando sube el tipo de interés oficial al 4,5% siguen con esos gastos y comisiones casi que por respirar dentro de una oficina bancaria. No estaban en tan mala situación para cobrar por todo -hasta por sacar tu dinero en ventanilla-, que luego hemos visto todos sus beneficios.
En el resto de Europa no ha pasado esto. Los depósitos se han estado remunerando por encima de la inflación o a la par y han comenzado a bajar desde que se ya se veía a lo lejos la bajada de junio de 2024. Nos falta cultura financiera y si no lo remediamos nos tomaran el pelo hasta el final de los tiempos.